Ficha Bibliográfica
Título: Mujeres Errantes
Autor: Pilar Sánchez Vicente
Editorial: Roca Editorial
Páginas: 365
Puntos de venta:
Sinopsis
La pueden leer completa en este enlace.
Comentario
Este libro llegó a mis manos, gracias a la iniciativa #SoyYincanera, encabezado por Ana Kayena y Carmina al cual, tengo el honor de pertenecer.
Mujeres Errantes, es una novela tan completa, que cuando me he puesto a pensar en cómo abordar este comentario, se hace muy difícil porque, el argumento está repleto de aristas y sentimientos, que no se puede tirar, tan solo, de una hebra.
Es la primera novela que leo de Pilar y la verdad, ha conquistado por completo mi corazón tanto, por el desarrollo de la trama que nos cuenta en este libro, así como también por los personajes que, aunque parezca una frase cliché, son tan vívidos que en muchas ocasiones, mientras avanzaba en la lectura, tuve la sensación de tener a la Chata sentada en mi mesa, tomando sidra o, fumando un cigarro.
La novela está ambientada en Cimadevilla, un barrio de Gijón en Asturias y, de la mano de sus personajes, conoceremos el entorno durante la segunda mitad del siglo pasado, así como también en Zermatt, un pueblo de Suiza.
Como he señalado antes, me ha parecido también, una novela de personajes en los que destacan tres mujeres: Eloina, la Chata y Greta. Un trío unido por una historia común que nos enseñará lo difícil que era la vida para las mujeres y, la manera en que muchas tuvieron que buscarse la vida, simplemente, para sobrevivir y acceder a un salario digno.
Es una novela que trata un tema muy controversial que no es otro que la emigración. Tanto Eloína como la Chata, saldrán de España. Pero será Greta, la hija de Eloína, quien viva en sus carnes, ese despotismo de la gente que ignora razones y solo ve un físico estándar en el cual, no encajaba.
El maltrato físico y psicológico, será otro de los puntos fuertes de esta historia. Cómo a veces, la fuerza de voluntad y el querer salir adelante, son las bases que lo logran. El mundo de la droga, en el que caen ricos y pobres que, intentan curarse y vuelven caer en la misma dinámica, por volver a probarlas y por creer, que la pueden dejar cuando quieran. Muchas veces, hay que tocar el fondo más de una vez para abrir los ojos y reaccionar. Un episodio que la autora narra de manera desgarradora y que hace, si cabe, calzar de mejor manera los zapatos de Greta.
El viaje a Asturias, donde vivió la madre de Greta, es propiciado por la muerte de la misma. Deberá tirar del hilo que le lleve a descubrir quién es su madre en realidad y qué componentes se confabularon para que quién la crió, mintiera.
Y por último, la Chata, un personaje que se ganó mi corazón por completo desde que apareció en escena, debido a su desparpajo y su manera de ver y enfrentar la vida. Ella, se convertirá en la conexión que una a Greta con su pasado. Y, nos irá desgranando su vida, cuando la venta de pescado era la única manera de malvivir. Nos hablará de su barrio en Gijón, desde donde salieron Eloína y ella misma, en busca de una vida mejor.
Para mí, ha resultado ser un libro en la que la supervivencia y la manera en que esas mujeres luchadoras, se las arreglaban para sacar a sus familias adelante. Constituye un ejemplo si lo llevamos a la actualidad, cuando incluso para algunos, moverse a comprar el pan, es una tarea que nadie quiere realizar.
En el mundo en el que nos ha tocado vivir, con tanta tecnología y todo hecho, donde el esfuerzo es igual a cero, echar la vista atrás cuesta, incluso, para alguien como yo que no ha nacido en esta tierra y viene de un país en vías de desarrollo y estas historias como la de la Chata, se repiten una y otra vez, en zonas rurales del país. La Chata, ha sido traer al presente, a mis abuelas, mujeres de mucho carácter como ella, porque tuvieron que sacar a sus hijos adelante y, aunque nunca emigraron a ningún sitio, trabajaron cada día de sus vidas. Los ideales de entonces, no son los mismos a los de ahora.
Ha sido una novela para valorar, sin sentenciar, la vida de los emigrantes. Es muy difícil mirar con la perspectiva de uno, cuando no se ha salido del país. Creo que por eso, en algunos pasajes de la vida de Greta, me sentí tan identificada con sus sentimientos, aunque he tenido suerte, no soy morena y aunque mi nariz es grande, no llega a ser como la suya por tanto, cuando recién vine a España, nadie hacía distinción, mientras no abriera la boca y digo esto, porque mi acento sigue siendo chileno. A diferencia de Greta, nunca me han hecho sentir diferente y nunca me han llamado «panchita» y mentiría, si alguna vez, hubiera sentido desplazada por mi acento. Lo más desagradable que me ha pasado, viviendo en esta tierra, es que me preguntaran por el dictador Pinochet. Me he limitado, siempre, a satisfacer la curiosidad de quienes querían saber. Sin embargo, yo he sido afortunada, di con una familia muy similar a la mía chilena, respetuosos de mis orígenes y felices por incorporar a una hija más, pero sé de otros emigrantes latinoamericanos que no han corrido la misma suerte, como imagino sintió Greta, al ser medio despreciada por su entorno.
Para mí, la lectura de esta novela, ha resultado ser mucho más que un libro y que un entretenimiento. Me ha permitido conocer una realidad diferente y, comparar la mía de emigrante a través del personaje de Greta. Ha significado, un volver al pasado, cuando era un punto que recién se levantaba del suelo y veía a mis abuelas, cuando íbamos de vacaciones a sus casas, trabajar en el campo de sol a sol. Ha significado, de alguna manera, volver a mi tierra, a mi Chile amado, a través de las correspondencia epistolar que mantuvo Guillermo con La Chata de forma unilateral, aun cuando él se encontraba en Nicaragua, porque también mantuve correspondencia, durante mucho tiempo, con las amigas que se quedaron allí. Volví a Chile, con los paisajes descritos de Asturias que siento como mi propia tierra cada vez que la visito.
En una frase, una novela brillante y redonda en su género y que me ha dado a conocer a una autora que, desde luego, no pienso perder de vista.
Algunas frases que me encontré en el camino
Enamorarse es muy fácil, pero nadie te explica cómo extirpar un amor maligno de la cabeza y del corazón.
Nuestra historia nunca terminó, sencillamente mutó de breve en eterna. De tanto soñar, a veces me pregunto si esta frágil burbuja no habrá sido también un sueño.
..., ¿dónde está la frontera entre el bien y el mal? Hay que romper con esta sociedad, está podrida. Hay que subvertir el orden, el siglo toca a su fin. ¡Y no hace falta poner bombas!
En la fotografía: Pilar Sánchez Vicente y yo, en el encuentro exclusivo con #SoyYincanera, comando Madrid.