Ficha Bibliográfica
Nombre: El color del cielo en octubre
Autor: Benjamín Ruíz
Editorial: Amazon
Puntos de venta:
Sinopsis
Comentario
No te ha ocurrido alguna vez, que teniendo muchos, muchos libros para leer, te detienes en uno cuyo autor conoces, del que tienes algún libro en el lector o en papel en casa esperando, también, a ser leído. Pero, misteriosamente, te decantas por el último. Pues eso me ocurrió a mí. Vi una publicación de Benjamín en su muro de Facebook y esta portada, tan sencilla como conmovedora, me robó la vista y el corazón y me dije, en cuanto acabe el que tengo entre manos, me pongo con éste.
Y así lo hice. No soy de dar bombos en medios sociales con lo que estoy leyendo o con lo que voy a leer. Tampoco con los libros que compro con dinero de mi bolsillo, no me gusta, creo, sobre todo, porque no me gusta sentirme obligada a leerlos. Cada libro tiene su tiempo y no siempre, es tiempo de leerlos todos.
Cuento todo esto porque cada lectura, para mí, tiene su esencia, un alma que lo habita y que me va transmitiendo sensaciones mientras dura el libro. Un libro que no me emociona, para bien o para mal, que no me hace tomar partido a través de sus personajes y del engranaje de la historia, me resulta, una lectura sin cuerpo o lo que sería lo mismo, leer por leer.
En esta novela, se expone, de alguna manera, el mundo literario a través de Ray. Un escritor que no vive sus mejores momentos nos irá narrando, desde su perspectiva, el arte de escribir pero también sobre algunos autores que firman contratos de infarto con editoriales de renombre. Aquí me detendré solo unas cuantas palabras para decir que, a veces, el mundo, la vida, la misma lectura nos devuelve recuerdos sin que el autor del mismo lo sepa. Es así como en una frase me encontré con el nombre de mi hermano, un nombre que seguramente, el autor eligió completamente al azar y que para mí, significó volver a un pasado en otro país, cuando estaban todos vivos y cuando la mayor preocupación era, simplemente, estudiar. Para quien lo escribió, un personaje sin trascendencia para el desarrollo del argumento, para mí traer a mi hermano de vuelta.
Desde aquí o desde este punto, iremos conociendo poco a poco a Ray. Un hombre relativamente joven y muy guapo, de acuerdo a la descripción que hace el autor. Sabremos de él que está escribiendo la mejor novela de su vida, pero también que su salud no le acompaña. Por otro lado, una chica misteriosa a la que no conoce, lee sus libros.
La trama, se desarrolla en Cantabria, específicamente, en Santander una ciudad que he tenido la suerte de conocer y que tal como me sucede con otras de Asturias, me parece de esas que dan ganas de volver siempre. En este enclave, Ray se paseará por la playa, por paseos y por lugares que para mí, han resultado especiales.
A él se unirá su ex mujer, su hija, su mejor amigo y Alexia su editora, que sorprende por su manera de ser. Todos estos personajes, irán cumpliendo un papel en la novela y, aunque en algunos casos la participación es escasa, sentí que cada uno dejaba algo para recordar.
Es una novela de muchas reflexiones sobre el pasado, el presente y el futuro. Reflexiones que el autor sabe de que manera exponerlas para llegar al lector. Un libro cuya lectura se acelera porque necesitas saber qué pasará a Ray, quién es esa chica que ve leyendo sus libros, qué pasará con ese futuro que no tiene. Un personaje que nos muestra sus miedos, su lucha, su amor que, a pesar de todas las circunstancias, sigue tan vivo como al principio.
No será difícil que te emociones, yo lo hice muchas veces, muchísimas más de las que me atrevo a confesar, quizá porque la historia entra en el corazón, sin aviso y sin preguntar y se instala allí cada vez que vas pasando la página.
Pocos libros he leído, en el último tiempo, que me dejaran tantas sensaciones al cerrarlo. De pensar lo poco y nada que somos en cada jornada y que la vida, a pesar de todos los sueños fallidos que tenemos a lo largo de ella, siempre merecerá la pena vivirla. Tras terminar este libro, me ha costado la friolera de mes o mes y medio volver a coger otro. Pueden ser muchas las razones: el calor, las vacaciones, la falta de concentración y un largo y variado etcétera. Sin embargo, prefiero pensar que mis sentimientos y una parte de mi corazón, se quedaron atrapados en el argumento o, como dirían otros, una resaca literaria que solo he logrado superar hace dos días.
En esta suerte de comentario, no me queda más que recomendar su lectura. Está escrita con algo más que por el simple propósito de entretener. Esa simple portada a la que hice referencia al principio, guarda gran parte del espíritu vivo que habita entre sus páginas y, te aseguro que si te decides a leerla, me darás la razón.
Algunas frases que encontré en el camino:
Se sentía bien estando solo, nunca tenía la necesidad de llenar ese vacío con más gente a su alrededor.
Decían que los libros que leían los extraños en el metro o en la calle, hablaban sobre ellos, sobre sus gustos y sus manías vitales.
Ray era un autor inclasificable. Se negaba a decantarse por un género en concreto e insistía en que solo debería haber uno para todos los libros: “Literatura”.
Se durmió al instante y soñó que las estrellas caían desde el firmamento sin hacer daño, desapareciendo antes de llegar al suelo, como un castillo de fuegos artificiales inmenso.
Encontré muchísimas más. Fueron publicadas en mi perfil de Twitter y en el Facebook, por si quieres darte una vuelta por ahí y leerlas todas, aunque si me permites una opinión, mejor que las encuentres tú leyendo el libro.
Benjamín Ruíz, nació en Jaén, en 1972. Dejó los estudios a los quince años. Sigue leyendo...